Si tuviera una lámpara mágica, para que todo lo que deseo se haga realidad, no sería vida, no existiría ni el esfuerzo, ni la lucha, ni la delicuencia. El mundo sería simple y sin emociones. Cada vez que mi mente se lanza al vacío y se vuelve blanca es por un siemple objetivo: sigo replanteando mi futuro y mi presente, siempre y cuando analizando el pasado, mis estudios, mis ganas de vivir mejor, mis padres en el centro de aquel mundo de sentimientos, decepciones, alegrías, sorpresas, gente conocida y por conocer, que es mi vida. Por ahora soy una desempleada más, una estudiante a punto de terminar su maestría en inglés, que estudia en el tercer año de universidad en periodismo. Una periodista y comunicadora social en proceso, una mujer que pronto servirá a la patria, al prójimo, en unos años será esposa y madre de familia, quien en uno años leerá el blog y recordará como fue en su juventud, quien piensa que en un periodo ya no tendrá la misma cara suave, sino empezará a llenarse de arrugas y cada una de estas será una experiencia más para su vida. No soy de las que dice que hará. Porque nadie lo sabe. SOLO ÉL. MI DIOS, a quien le debo tanto y a quien amo tanto. Gracias por todo mi Señor.
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